
Marinas secas, aparcamiento, construcción de un polígono y aprobación de las Normas Subsidiarias
Una tarea pendiente, algo que siempre ha quedado en el tintero para los distintos gobiernos municipales, ha sido dotar a nuestro municipio de una normativa urbanística municipal sólida y que nos permita mirar hacia el futuro con cierta tranquilidad.



Desgraciadamente, los numerosos intentos de redacción, siempre han desembocado en un sinfín de errores y trabas administrativas, que los han convertido en simple agua de borrajas.
Lo que hoy se nos vuelve a presentar como algo pionero o como la panacea que curará todos los males de nuestro municipio, vuelve a llegar mal y tarde. Lo cierto, es que su concepto no se adapta a la Ley de Urbanismo vigente, y su retraso temporal, además de la complicada tramitación, hacen que se trate de una normativa que nace ya totalmente obsoleta, pues está pensada para una realidad social muy distinta a la pretende entrar a regular. Prueba de ello, es que no da soluciones a problemas como los que reflejan y manifiestan colectivos como la Asociación de Afectados por Actividad en Suelo Rústico o el clamor popular que exige una solución al problema del aparcamiento en el municipio. Todo está íntimamente relacionado.
Y es que no hace falta ser ningún especialista en urbanismo, para afirmar que una normativa cuya finalidad es la de ordenar todo el territorio de un pueblo, para ser útil, debe nacer con una proyección para cubrir los próximos 30 o 40 años.
Dotación de terrenos aptos donde ubicar un polígono industrial
En este sentido, en caso de que las normas subsidiarias de Andratx sean aprobadas, no les quepa la menor duda de que precisarán una modificación inmediata, pues son muchas sus carencias; por ejemplo: se deben dar opciones a todas las empresas andritxolas (constructoras, talleres, marinas secas, etc.) a través de la dotación de terrenos aptos donde ubicar un polígono industrial, para que puedan trasladar/desarrollar allí su actividad, al mismo tiempo que se descongestiona el centro del municipio y el resto de suelo rústico. No podemos tener olvidados a colectivos tan importantes.
También es cierto, que, en caso de ser aprobadas, proceder de inmediato a su adaptación, no sería una gran solución, pero sí un pequeño arreglo temporal para poder afrontar nuestro futuro más inmediato.
No obstante, nuestros antecedentes más recientes no nos invitan a ser muy optimistas, aunque siempre podemos recurrir al sabio refranero español, y diremos que “nunca es tarde si la dicha es buena”.
















