A pesar de haberse transfigurado Andratx en un gran dormitorio de trabajadores palmesanos y «calvianers» – dependientes del sector servicios, mayormente – aún estamos orgullosos de nuestro carácter de pequeña localidad. De ese pueblo donde muchos de nosotros, con una mirada superficial ( hay que ver lo llega a delatar de uno o una el contacto habitual con terceras personas ) nos hemos llegado a conocer mucho más que una sólida amistad ciudadana .
Estaremos de acuerdo en que uno de los valores más apreciados por nuestra pequeña comunidad es la honestidad. El poder confiar en alguien o alguienes por su probada rectitud. «En fulano no te la farà, ho du escrit a sa cara». Pues bien, aún faltan meses para las elecciones. Y la capacidad de sentencias no verdaderas por parte de la clase política local empieza a ser considerable. Pero no ya ante la sociedad, sino ante sus propios conmilitones. Todo con un objetivo: sobrevivir en unos casos, asaltar el respectivo partido en otros. Se sabía que los empujones para situarse bien en las listas habían empezado . Pero que las presuntas deslealtades estén llegando a niveles superlativos, eso es relativamente nuevo.
Por lo tanto, me gustaría elevar una pregunta: ¿ Estarían dispuestos ustedes a votar a un mentiroso/a para con sus compañeros, aún a sabiendas?
A pesar de haberse transfigurado Andratx en un gran dormitorio de trabajadores palmesanos y «calvianers» – dependientes del sector servicios, mayormente – aún estamos orgullosos de nuestro carácter de pequeña localidad. De ese pueblo donde muchos de nosotros, con una mirada superficial ( hay que ver lo llega a delatar de uno o una el contacto habitual con terceras personas ) nos hemos llegado a conocer mucho más que una sólida amistad ciudadana .
Estaremos de acuerdo en que uno de los valores más apreciados por nuestra pequeña comunidad es la honestidad. El poder confiar en alguien o alguienes por su probada rectitud. «En fulano no te la farà, ho du escrit a sa cara». Pues bien, aún faltan meses para las elecciones. Y la capacidad de sentencias no verdaderas por parte de la clase política local empieza a ser considerable. Pero no ya ante la sociedad, sino ante sus propios conmilitones. Todo con un objetivo: sobrevivir en unos casos, asaltar el respectivo partido en otros. Se sabía que los empujones para situarse bien en las listas habían empezado . Pero que las presuntas deslealtades estén llegando a niveles superlativos, eso es relativamente nuevo.
Por lo tanto, me gustaría elevar una pregunta: ¿ Estarían dispuestos ustedes a votar a un mentiroso/a para con sus compañeros, aún a sabiendas?
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